Tratados firmados en 1648 en las localidades Münster y en Osnabrük, situadas en esta región germana, y en los cuales se puso fin a la llamada de Guerra de los Treinta años, que fue una sangrienta guerra religiosa.
Se arrinconaron los viejos esquemas del Imperio Sacro germánico y se pusieron las bases de la Europa moderna de los Estados y de las Monarquías absolutistas. Los católicos y los protestantes quedaron definidos por la situación que habían tenido en 1624.